¡Hola!
Ha pasado mucho tiempo desde que no veo la luna. Y llevo unas semanas intentándolo. El problema era que estaba menguante (salía demasiado tarde) o bien, cuando estaba creciente, tenía que esperar a que el cielo estuviera oscuro, y entonces la luna se encontraba en la zona de inaccesibilidad (ver "Cúmulo globular")... hasta ayer.
El cielo estaba bastante oscuro. Se podían ver las estrellas más brillantes. La luna, aún visible, estaba alta sobre el horizonte, y mostraba una hermosa forma gibosa. Con el telescopio preparado, me dispuse a observarla, primero con el ocular de 25mm y el filtro de neodimio. Perfecto. Seeing espectacular, la luna no vibraba. Los cráteres Tycho, Clavius y Copérnico eran los que más se resaltaban entre el resto de cráteres.
Al norte, destacaba la coordillera de los Montes Jura, que rodean a Sinus Iridum, el cual aparecía cubierto en sombras, pues solo era visible la parte más occidental, donde se situaba el Promontorio Laplace. Algo más al este, aparecían los Montes Recti, los Montes Tenerife y el fabuloso circo de Platón.
Algo más al sur, no hay mucho que destacar, salvo algunos circos, como Arquímedes, hasta llegar al hermoso circo de Copérnico. Ahí estaba, definido, con su forma ligeramente hexagonal y mostrando sus terrazas y sus picos centrales. Al norte de éste, los Montes Carpatus. Al este, Eratostenes y los Apeninos, los cuales se veían como una ligera linea oscura, pues estaban ya unos 15º en la zona iluminada. Al sur, Lansberg, el cual estaba más cerca del terminador que Copernicus, y Reinhold.
Más al sur, los Mares Cognitum y Nubium, donde se situaba el circo de Bullialdus. Más al este, podíamos distinguir, aunque no fácilmente, el trío Tolomeo-Alfonso-Arzachel, junto al crater Alpetragius.
Por último, en la parte más meridional, aparecían numerosos e incontables cráteres. Destacaban Tycho, en el que se distinguía el pico central, Clavius, con su cadena de cratercillos en el interior, Scheiner y Blancanus, ambos muy cerca de Clavius, Maginus, el cual no daba mucho relieve pero se mostraba de gran tamaño, y el trío Wilhelm-Montanari-Longomontanus. En el polo sur, destacaban los circos de Klaproth-Casatus y Newton.
Estos detalles pudieron verse con el ocular de 10mm, mientras que con la Barlow y el mismo ocular se podían ver más detalles.
Por último, y una vez la Luna pasó a la zona de inaccesibilidad, me propuse volver a visitar M-22. Solo había un pequeño problema: la Luna estaba en Sagitario, por lo que toda la constelación, salvo Nunki, Ascella y Kaus Australis, era invisible a simple vista. Gracias al Sky Atlas 2000 y al buscador, logré encontrar Kaus Borealis, y de ahí, desviando el telescopio hacia el este, encontré el cúmulo, el cual, a causa de la Luna cercana y casi llena, no mostró tanto detalle como en la observación anterior; aun así, seguía siendo hermoso.
Ha pasado mucho tiempo desde que no veo la luna. Y llevo unas semanas intentándolo. El problema era que estaba menguante (salía demasiado tarde) o bien, cuando estaba creciente, tenía que esperar a que el cielo estuviera oscuro, y entonces la luna se encontraba en la zona de inaccesibilidad (ver "Cúmulo globular")... hasta ayer.
El cielo estaba bastante oscuro. Se podían ver las estrellas más brillantes. La luna, aún visible, estaba alta sobre el horizonte, y mostraba una hermosa forma gibosa. Con el telescopio preparado, me dispuse a observarla, primero con el ocular de 25mm y el filtro de neodimio. Perfecto. Seeing espectacular, la luna no vibraba. Los cráteres Tycho, Clavius y Copérnico eran los que más se resaltaban entre el resto de cráteres.
Al norte, destacaba la coordillera de los Montes Jura, que rodean a Sinus Iridum, el cual aparecía cubierto en sombras, pues solo era visible la parte más occidental, donde se situaba el Promontorio Laplace. Algo más al este, aparecían los Montes Recti, los Montes Tenerife y el fabuloso circo de Platón.
Algo más al sur, no hay mucho que destacar, salvo algunos circos, como Arquímedes, hasta llegar al hermoso circo de Copérnico. Ahí estaba, definido, con su forma ligeramente hexagonal y mostrando sus terrazas y sus picos centrales. Al norte de éste, los Montes Carpatus. Al este, Eratostenes y los Apeninos, los cuales se veían como una ligera linea oscura, pues estaban ya unos 15º en la zona iluminada. Al sur, Lansberg, el cual estaba más cerca del terminador que Copernicus, y Reinhold.
Más al sur, los Mares Cognitum y Nubium, donde se situaba el circo de Bullialdus. Más al este, podíamos distinguir, aunque no fácilmente, el trío Tolomeo-Alfonso-Arzachel, junto al crater Alpetragius.
Por último, en la parte más meridional, aparecían numerosos e incontables cráteres. Destacaban Tycho, en el que se distinguía el pico central, Clavius, con su cadena de cratercillos en el interior, Scheiner y Blancanus, ambos muy cerca de Clavius, Maginus, el cual no daba mucho relieve pero se mostraba de gran tamaño, y el trío Wilhelm-Montanari-Longomontanus. En el polo sur, destacaban los circos de Klaproth-Casatus y Newton.
Estos detalles pudieron verse con el ocular de 10mm, mientras que con la Barlow y el mismo ocular se podían ver más detalles.
Por último, y una vez la Luna pasó a la zona de inaccesibilidad, me propuse volver a visitar M-22. Solo había un pequeño problema: la Luna estaba en Sagitario, por lo que toda la constelación, salvo Nunki, Ascella y Kaus Australis, era invisible a simple vista. Gracias al Sky Atlas 2000 y al buscador, logré encontrar Kaus Borealis, y de ahí, desviando el telescopio hacia el este, encontré el cúmulo, el cual, a causa de la Luna cercana y casi llena, no mostró tanto detalle como en la observación anterior; aun así, seguía siendo hermoso.
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