¡Hola a todos!
Escribo a esta entrada para anunciaros que, por fin, he dado en gran paso, en lo que a informática se refiere. Pero, antes de concretar, vayámonos a los antecedentes.
Hace 4 años, completé la renovación de la familia tecnológica con mi primer portátil gamer, al cual, posteriormente a su adquisición, le añadí un SSD mSATA Micron M600 de 128GB (por aquella época, el precio de los SSD era bastante elevado), así como inicialmente 8GB de RAM, y posteriormente 16GB. Con ese ordenador finalicé los estudios de Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma, así como la FP Dual.
Sin embargo, el tiempo hizo que el hardware fuese quedando obsoleto, pudiendo aguantar más con el portátil gracias al cambio de batería que realicé. Pero una vez empezado el segundo año de la FP Dual, vi que ese cambio no era más que un parche, ya que el ordenador se iba quedando cada vez más pequeño.
Por ejemplo, tuve que instalar varios programas de programación, que demostraron que 128GB de SSD no son suficientes. También dichos programas demostraron la falta de potencia del portátil, así como ralentizaron el sistema. Estaba claro, que en un futuro, debería cambiar de ordenador. Pero, ¿sería este un portátil?
Me decanté por dar el paso que todo informático da, sobretodo si una de sus aficiones es la creación de contenido (renderizado 3D, montaje de vídeos y procesado de imágenes) o los videojuegos: comprar un PC sobremesa. Además, para ahorrar costes y poder elegir con total libertad las especificaciones, decidí apostar por comprar el PC a piezas.
Tras varios meses de ahorro, y apenas unas semanas antes de la fecha prevista de compra de componentes, el SSD del portátil murió. Afortunadamente, esto sucedió tras la presentación del proyecto de fin de ciclo, por lo que no perdí dichos archivos, aunque sí los programas de clase y sus licencias. No obstante, esto ya no importaba, pues en unas semanas comenzarían las ofertas en PCComponentes y podría comprar las piezas necesarias.
Compré las piezas una a una, según salían las ofertas de las que yo quería, y modificando alguna tal como la fuente de alimentación, así como prescindiendo de disco duro mecánico (adquiriendo, eso sí, un SSD NVME de 480GB) para poder armar el PC cuanto antes. En cuanto a la gráfica, salió una oferta en la tienda GAME de una gráfica superior a la que tenía en mente (mientras que yo pensaba en una RTX 2060, la oferta era de una RTX 2070 con OC de serie), por lo que me lancé de cabeza. Los últimos componentes comprados fueron tanto el procesador como la placa base, pues esperé al lanzamiento de la serie Ryzen 3000 (en concreto, el Ryzen 7 3700X) y el chipset X570.
Tras unas semanas, compré el disco mecánico, y, al mismo tiempo, la tarjeta gráfica me empezó a dar fallos, que achaqué primero a un juego, para después descubrir que fallaban los chips de memoria, un fallo que fue común en las primeras remesas de la serie RTX, por lo que procedí a enviarla a garantía. Una vez transcurridas 2 semanas, me llegó de nuevo, para sorpresa de ser un modelo inferior al que yo compré (aunque era de la misma ensambladora y de la misma gama, este modelo no traía OC).
En ese momento, inicié conversaciones con GAME, ofreciendo la alternativa de quedarme con la gráfica nueva, pues, pese a ser inferior, podía ofrecer una potencia similar ajustando las frecuencias. Sin embargo, me confirmaron que, al no ser la gráfica que figuraba en la factura, no tendría garantía, ofreciéndome el cambio por una gráfica superior. Y, a partir de ahí, silencio. Tras 10 días sin obtener respuesta, y sin que contestasen al teléfono, me confirmaron que no disponían de gráficas superiores y que tendría que proceder a la devolución, por lo que es lo que he hecho.
Se presentaba un problema, y es que las gráficas habían subido bastante de precio, por lo que tendría que despedirme de los ahorros que tenía para comprar una refrigeración líquida AIO. Sin embargo, las RTX 2070 SUPER no habían subido tanto de precio, por lo que compré la RTX 2070 SUPER con OC de fábrica (en una tienda distinta a GAME, ya que no me pareció profesional esa falta de comunicación por su parte, y que el perjudicado por un error suyo fuese yo).
Y esa es la historia de mi primer PC sobremesa. PC que aumentaré en el futuro, tanto incrementando la ventilación interior como añadiendo una refrigeración líquida.
Escribo a esta entrada para anunciaros que, por fin, he dado en gran paso, en lo que a informática se refiere. Pero, antes de concretar, vayámonos a los antecedentes.
Hace 4 años, completé la renovación de la familia tecnológica con mi primer portátil gamer, al cual, posteriormente a su adquisición, le añadí un SSD mSATA Micron M600 de 128GB (por aquella época, el precio de los SSD era bastante elevado), así como inicialmente 8GB de RAM, y posteriormente 16GB. Con ese ordenador finalicé los estudios de Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma, así como la FP Dual.
Sin embargo, el tiempo hizo que el hardware fuese quedando obsoleto, pudiendo aguantar más con el portátil gracias al cambio de batería que realicé. Pero una vez empezado el segundo año de la FP Dual, vi que ese cambio no era más que un parche, ya que el ordenador se iba quedando cada vez más pequeño.
Por ejemplo, tuve que instalar varios programas de programación, que demostraron que 128GB de SSD no son suficientes. También dichos programas demostraron la falta de potencia del portátil, así como ralentizaron el sistema. Estaba claro, que en un futuro, debería cambiar de ordenador. Pero, ¿sería este un portátil?
Me decanté por dar el paso que todo informático da, sobretodo si una de sus aficiones es la creación de contenido (renderizado 3D, montaje de vídeos y procesado de imágenes) o los videojuegos: comprar un PC sobremesa. Además, para ahorrar costes y poder elegir con total libertad las especificaciones, decidí apostar por comprar el PC a piezas.
Tras varios meses de ahorro, y apenas unas semanas antes de la fecha prevista de compra de componentes, el SSD del portátil murió. Afortunadamente, esto sucedió tras la presentación del proyecto de fin de ciclo, por lo que no perdí dichos archivos, aunque sí los programas de clase y sus licencias. No obstante, esto ya no importaba, pues en unas semanas comenzarían las ofertas en PCComponentes y podría comprar las piezas necesarias.
Compré las piezas una a una, según salían las ofertas de las que yo quería, y modificando alguna tal como la fuente de alimentación, así como prescindiendo de disco duro mecánico (adquiriendo, eso sí, un SSD NVME de 480GB) para poder armar el PC cuanto antes. En cuanto a la gráfica, salió una oferta en la tienda GAME de una gráfica superior a la que tenía en mente (mientras que yo pensaba en una RTX 2060, la oferta era de una RTX 2070 con OC de serie), por lo que me lancé de cabeza. Los últimos componentes comprados fueron tanto el procesador como la placa base, pues esperé al lanzamiento de la serie Ryzen 3000 (en concreto, el Ryzen 7 3700X) y el chipset X570.
Tras unas semanas, compré el disco mecánico, y, al mismo tiempo, la tarjeta gráfica me empezó a dar fallos, que achaqué primero a un juego, para después descubrir que fallaban los chips de memoria, un fallo que fue común en las primeras remesas de la serie RTX, por lo que procedí a enviarla a garantía. Una vez transcurridas 2 semanas, me llegó de nuevo, para sorpresa de ser un modelo inferior al que yo compré (aunque era de la misma ensambladora y de la misma gama, este modelo no traía OC).
En ese momento, inicié conversaciones con GAME, ofreciendo la alternativa de quedarme con la gráfica nueva, pues, pese a ser inferior, podía ofrecer una potencia similar ajustando las frecuencias. Sin embargo, me confirmaron que, al no ser la gráfica que figuraba en la factura, no tendría garantía, ofreciéndome el cambio por una gráfica superior. Y, a partir de ahí, silencio. Tras 10 días sin obtener respuesta, y sin que contestasen al teléfono, me confirmaron que no disponían de gráficas superiores y que tendría que proceder a la devolución, por lo que es lo que he hecho.
Se presentaba un problema, y es que las gráficas habían subido bastante de precio, por lo que tendría que despedirme de los ahorros que tenía para comprar una refrigeración líquida AIO. Sin embargo, las RTX 2070 SUPER no habían subido tanto de precio, por lo que compré la RTX 2070 SUPER con OC de fábrica (en una tienda distinta a GAME, ya que no me pareció profesional esa falta de comunicación por su parte, y que el perjudicado por un error suyo fuese yo).
Y esa es la historia de mi primer PC sobremesa. PC que aumentaré en el futuro, tanto incrementando la ventilación interior como añadiendo una refrigeración líquida.
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