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Vuelta a la aventura

¡Hola!
Escribo esta entrada para re-despedirme del pueblo de nuevo. Tras las navidades y algunos fines de semana aquí para descansar de los exámenes, he de volver a la capital de provincia para proseguir mis estudios. Me esperan asignaturas nuevas, profesores nuevos, experiencias nuevas. Acostumbrarme a los nuevos horarios. ¿Qué me esperará en los siguientes meses fuera del pueblo?
El primer semestre del curso finalizó, algo que me ha enriquecido como persona. Ya sé lo que es ser independiente, valerme por mi mismo, creo que me ha hecho madurar más. Porque cuando uno vive con los padres todo parece fácil, hasta que se enfrenta al reto de tener que hacer todo por uno mismo. Desde las comidas hasta la limpieza, hasta el levantarse por las mañanas a sabiendas de que nadie lo hará si te despistas (lo reconozco, soy de aquellos que les cuesta mucho despertar). Agradezco por tanto a mis padres, por todos estos años en los que me han ayudado tanto, algo de lo que me he dado más cuenta aún en estos duros meses de transición.
Ya me valgo por mi mismo, me siento más responsable. Estudio cuando tengo que estudiar, limpio cuando tengo que limpiar, como (o ceno) cuando tengo que hacerlo, me levanto a la hora. Aquellas duras semanas iniciales parecen ya muy distantes en el tiempo, inalcanzables hasta con un deLorean. Ahora mismo siento que todo es posible.
Volviendo al tema inicial de la entrada, sí, vuelvo a irme del pueblo para afrontar el segundo semestre con más ganas que nunca. Pero eso no significa que no vuelva. En el pueblo dejo a mis padres, mi hermano, gran parte de mi familia, y a mis amigos y amigas. No puedo vivir sin ellos por mucho que me independice, los necesito, a todos y cada uno por igual, por lo que seguiré viniendo periódicamente a esta localidad verata que tantos recuerdos me trae. El pueblo que me vio crecer, madurar, aprender, enamorarme.
Este pueblo es y siempre será especial para mi por esto y mucho más, y siempre, siempre, lo echaré de menos. Lo echo de menos a cada despertar, a cada lección dada en la facultad, a cada descanso, y cada vez que vuelvo a la cama. Pero no puedo echarme atrás, ahora no. La Universidad es muy importante para mi, y aunque eche de menos el pueblo cuando estoy en Cáceres, también echo de menos la facultad cuando estoy en el pueblo.
Por último, me gustaría despedir esta entrada diciéndoos que en breve, tendréis una entrada especial, pues estamos a muy pocas visitas de las 10.000 visitas, una cifra muy redonda, y uno de mis objetivos iniciales al crear el Cuaderno de Adrián. Muchas gracias a todos por cumplir ese sueño que aquel Adrián de 2009 tuvo, al inscribirse en Blogger.

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